Un Nuevo Paradigma
Contenidos
- Bitcoin se ha consolidado como un activo global con una liquidez excepcionalmente profunda, disponible para operar las 24 horas del día. Esta disponibilidad ininterrumpida permite a los inversores especular, operar y expresar sus visiones macroeconómicas incluso cuando los mercados tradicionales están cerrados.
- Bitcoin sigue reafirmándose como un activo emergente de reserva de valor, acumulando más de 850.000 millones de dólares en entradas netas de capital. Además, desempeña un papel crucial como medio de intercambio, procesando cerca de 9.000 millones de dólares en volumen económico diario.
- Si bien múltiples métricas de demanda continúan elevadas, los niveles actuales son significativamente menores a los experimentados en los picos de ciclos anteriores.
- El perfil de los inversores en activos digitales también está cambiando, con un notable incremento en la presencia de instituciones sofisticadas dentro del ecosistema de Bitcoin. Esto ha derivado en una reducción general en la magnitud de las caídas y una compresión de la volatilidad con el paso del tiempo.
- paciente.
Mesa de Pruebas
Desde su creación en el 2009, Bitcoin ha evolucionado hasta convertirse en un activo de alcance global, con una liquidez extremadamente profunda y con una actividad de trading ininterrumpida a lo largo del día. Dado que los acontecimientos globales suelen producirse fuera del horario habitual de los mercados tradicionales, Bitcoin es uno de los pocos activos donde los inversores pueden tomar posiciones incluso los fines de semana.
Durante el pasado fin de semana, Bitcoin sufrió una fuerte caída cuando los participantes del mercado reaccionaron a la decisión de la administración Trump de imponer aranceles a México, Canadá y China. Al estar cerrados otros mercados, Bitcoin y algunos otros activos digitales experimentaron una caída abrupta, seguida de una recuperación:
- BTC pasó de los 104.000$ a los 93.000$ (-10,5%) antes de recuperarse hasta los 102.000$.
- ETH cayó de los 3.400$ a los 2.500$ (-26,5%) antes de repuntar hasta los 2.800$.
- SOL descendió de los 236$ a los 184$ (-22,0%) antes de recuperarse hasta los 217$.
Bitcoin, en particular, está asumiendo un papel cada vez más relevante dentro del escenario global. Países como el Reino de Bután han desarrollado operaciones de minería a gran escala, El Salvador lo ha convertido en la moneda de curso legal, y el gobierno de los Estados Unidos empieza a considerar su potencial como activo estratégico de reserva.
Bitcoin ha cotizado por encima del umbral psicológico de los 100.000$ durante varias semanas ya, un hito que muchos críticos consideraban inalcanzable. Este logro llega siete años después de su anterior escalón logarítmico, cuando alcanzó los 10.000$ durante el mercado alcista del 2017.
A pesar de que Bitcoin está siendo cada vez más aceptado entre los inversores tradicionales, sigue siendo un tema controvertido y polarizante. Muchas de las críticas en su contra se basan en afirmaciones bastante cuestionables sobre su falta de valor intrínseco o utilidad real.
Sin embargo, Bitcoin ha logrado consolidar su posición como uno de los activos más grandes del mundo, con una capitalización de mercado de 2 billones de dólares (2T $), situándose como el séptimo activo más valioso a nivel global. De hecho, ya supera a la Plata (1,8T $), Saudi Aramco (1,8T $) y Meta (1,7T $), lo que hace que su presencia en el panorama financiero sea cada vez más difícil de ignorar.
A medida que la valorización y el peso de un activo alcanzan estas magnitudes, su inercia aumenta proporcionalmente. Como consecuencia, Bitcoin necesita flujos de capital fresco significativamente mayores para mantener el crecimiento de su capitalización de mercado. Para entender esta dinámica, podemos recurrir a la métrica de la Capitalización Realizada, que mide el flujo neto acumulado de capital invertido en cualquier activo digital.
Si tomamos como referencia el mínimo del ciclo en noviembre del 2022, cuando la Capitalización Realizada era de 400.000M $, desde entonces Bitcoin ha absorbido aproximadamente 450.000M $ adicionales, más que duplicando su Capitalización Realizada.
Este dato refleja el valor agregado almacenado en Bitcoin, que asciende a aproximadamente 850.000M $, con cada moneda valorizada al precio en el que se realizó su última transacción dentro del blockchain.
Si bien BTC suele percibirse principalmente como un activo emergente de reserva de valor, la red de Bitcoin también funciona como una infraestructura descentralizada como medio de intercambio. Gracias a la combinación de nodos y mineros, cualquier individuo o entidad puede realizar pagos transfronterizos sin necesidad de intermediarios.
Aplicando la heurística de ajuste por entidades de Glassnode que filtra únicamente las transacciones de carácter económico, observamos que, en los últimos 365 días, la red de Bitcoin ha procesado un promedio diario de 8.700M $, con un volumen total transferido en el último año que alcanza los 3,2 billones de dólares.
Tanto la Capitalización Realizada como el volumen económico que despacha la red de Bitcoin aportan evidencia empírica de que Bitcoin no sólo posee valor, sino que también tiene utilidad real, desafiando así las narrativas escépticas que afirman lo contrario.
Dominancia Relativa
Ahora que hemos establecido la creciente importancia de Bitcoin como macroactivo, podemos centrar nuestra atención en su dominancia relativa dentro del ecosistema de los activos digitales.
Desde el colapso de FTX en noviembre del 2022, la Dominancia de Bitcoin se ha mantenido en tendencia alcista constante, pasando del 38% al 59%. Esto sugiere que ha habido una rotación neta de capital y un mayor grado de acumulación de valor en Bitcoin en comparación con otros activos digitales.
Este fenómeno puede explicarse, en parte, por la mayor accesibilidad que le han brindado los ETF spot en EE.UU., que han facilitado enormemente la entrada de capital institucional. Además, Bitcoin cuenta con una narrativa central más definida: un activo escaso, considerado por muchos como cobertura monetaria frente a la devaluación de las monedas fiduciarias a nivel global.
Al comparar la Capitalización de Mercado de Bitcoin con la de diversas Altcoins (excluyendo Ethereum y las monedas estables), observamos una brecha creciente en su valorización. Si tomamos como punto de referencia el mínimo del 2022, podemos analizar el crecimiento de sus respectivas capitalizaciones:
- Capitalización de Mercado de Bitcoin: 363.000M $ → 1,93B $ (x5,3)
- Capitalización de Mercado de las Altcoins: 190.000M $ → 892.000M $ (x4,7)
Si bien existe una divergencia en tamaño entre las valorizaciones de Bitcoin y las Altcoins, la correlación entre ambas sigue siendo sólida. Esto nos sugiere que el factor determinante en esta divergencia no es la tasa de crecimiento relativa, sino más bien la diferencia en la magnitud de capital que está entrando en Bitcoin en comparación con el sector de las Altcoins.
Dado que Bitcoin sigue acaparando la mayor parte del capital procedente de los inversores, sería de esperar que su dominancia continúe aumentando. Un posible giro en esta métrica podría darnos una señal de que el capital comienza a rotar hacia el mercado de las Altcoins.
¿Dónde Está la Nueva Demanda?
Con un BTC que supera la barrera de los 100.000$, cabría esperar que se produjese un aumento considerable en el nivel de exposición que los distintos inversores tienen al activo. Podemos evaluar esta hipótesis observando el porcentaje de riqueza en la red que pertenece a monedas adquiridas en los últimos tres meses. La siguiente gráfica muestra la evolución de esta métrica durante los 12 meses posteriores a la rotura del nuevo máximo de cada ciclo.
Si bien la nueva demanda en este ciclo es significativa, la riqueza en manos de monedas con menos de 3 meses de antigüedad es mucho menor en comparación con ciclos anteriores. Esto sugiere que no ha habido una entrada constante y progresiva con un flujo de capital fresco, sino que la demanda ha llegado en distintas oleadas y picos intermitentes.
Curiosamente, en todos los ciclos anteriores, el pico del mercado llegó aproximadamente un año después de que se rompiera el primer máximo histórico. Sin embargo, nuestro ciclo actual parece atípico, ya que el primer máximo de este ciclo se alcanzó en marzo del 2024, lo que añade una capa de incertidumbre a su trayectoria futura.
Si aislamos el volumen que se transfiere proveniente de carteras pequeñas (con menos de 10.000$ en BTC), observamos un descenso notable en comparación con el máximo histórico del 2021. Esto ocurre a pesar del significativo aumento que hemos registrado en el volumen total desplazado en este ciclo y de que los precios de Bitcoin son sustancialmente más altos.
Este fenómeno sugiere que la nueva demanda de BTC ha estado dominada por entidades de mayor tamaño, en lugar de pequeños inversores minoristas.
También podemos recurrir a otras fuentes de datos, como el interés de búsqueda en Google, para reforzar nuestra tesis. Curiosamente, la intensidad de la búsqueda de Bitcoin aún no ha alcanzado los niveles de euforia que observamos durante el mercado alcista del 2021, a pesar de la gran cantidad de catalizadores positivos que han ido impulsando al activo en esta ocasión.
Una Base de Inversores en Evolución
Si bien el protocolo de Bitcoin es en gran medida inmutable en su estructura y código de consenso, la respuesta del mercado hacia él es un proceso dinámico en constante evolución. El entorno regulador sigue siendo cambiante, mientras que aparecen nuevos instrumentos financieros, como los derivados y los ETF, que se van desarrollando en torno a Bitcoin. A medida que el ecosistema crece y se transforma, también lo hace la composición de sus inversores, algo que se ha hecho especialmente evidente en este ciclo.
Si analizamos los cambios en los balances de las entidades más pequeñas (Camarones y Cangrejos, con menos de 10 BTC), Noe encontramos con un cambio drástico en los patrones de comportamiento en estos últimos años.
Durante los mercados alcistas del 2013 y 2017, estos grupos incurrieron en fases de acumulación muy intensas, con comportamientos típicos de compra eufórica en máximos. No obstante, en este ciclo, el patrón ha cambiado por completo, los pequeños inversores han acumulado con mayor intensidad durante las correcciones y retrocesos del mercado, y han pasado a una fase de distribución conforme hemos alcanzado nuevos máximos históricos.
Esto sugiere que hoy en día contamos con la presencia de una base inversora más sofisticada y educada, incluso entre los participantes que tradicionalmente se considerarían minoristas.
La introducción de los ETF spot de Bitcoin en EE.UU. ha permitido un nuevo acceso a los inversores institucionales, brindándoles la capacidad de exponerse de forma regulada a Bitcoin. Esto ha desbloqueado flujos de capital institucional anteriormente latentes, y ahora los ETF acumulan más de 40.000M $ en entradas netas y superan los 120.000M $ en activos bajo gestión (AUM) en los 12 meses desde su lanzamiento.
Si analizamos la tabla de inversores de IBIT (según los datos del analista TXMC), observamos claros indicios de una demanda creciente por parte de inversores institucionales. Este dato refuerza aún más la idea de que Bitcoin está atrayendo una base inversora cada vez más sofisticada.
Descensos Controlados
Uno de los mayores beneficios de los datos que emanan de las entrañas del blockchain es que nos permiten analizar el comportamiento de los inversores en momentos de tensión, como son los retrocesos y las caídas del mercado.
Si observamos la magnitud de las pérdidas realizadas en plena fase alcista, nuestro ciclo actual sigue siendo el más moderado. De hecho, la única excepción destacable fue la liquidación de posiciones ligadas al carry trade con yenes del 5 de agosto, donde sí se registraron pérdidas muy significativas entre los inversores de Bitcoin. Fuera de este evento aislado, las pérdidas realizadas han sido relativamente pequeñas, lo que indica la presencia de una base inversora más paciente, resiliente y con menor sensibilidad a los vaivenes del precio.
Esta dinámica marca una diferencia notable frente a los ciclos anteriores, donde el ciclo del 2015-2018 estuvo caracterizado por múltiples fases de capitulación local. El período del 2019-2022 fue aún más volátil, con eventos de capitulación profunda, como la liquidación de PlusToken en 2019, el colapso del mercado por el COVID-19 en marzo del 2020 y la gran migración de mineros en el 2021.
El perfil de volatilidad de Bitcoin también está experimentando un cambio estructural, con una volatilidad realizada que ronda niveles históricamente bajos para tratarse de un mercado alcista. Si analizamos la volatilidad realizada en una ventana móvil de 3 meses, observamos que en este ciclo se ha mantenido por debajo del 50%, mientras que en los dos mercados alcistas anteriores superaba regularmente el 80%-100%.
Este perfil de volatilidad reducida, sumado a una base inversora más racional y equilibrada, ha resultado en una estructura de precios mucho más estable. Hasta ahora, el ciclo del 2023-2025 se está caracterizando por una acción de precio escalonada (con impulsos alcistas seguidos de períodos de consolidación).
También hemos observado un perfil de caídas mucho más controlado, con el ciclo actual experimentando el menor retroceso promedio desde sus máximos locales en comparación con cualquier otro ciclo previo.
Resumen y Conclusiones
Bitcoin sigue consolidando su estatus como macroactivo global. Su disponibilidad ininterrumpida permite a los inversores expresar su visión de mercado en cualquier momento del día, mientras que su profunda liquidez facilita la ejecución de operaciones de gran tamaño sin fricciones significativas.
En respuesta a las críticas sobre su papel como reserva de valor y medio de intercambio, la red ha registrado más de 850.000M $ en entradas netas de capital, al tiempo que procesa casi 9.000M $ en volumen económico diario. Estos datos desmienten en gran medida las dudas sobre su utilidad y valor intrínseco.
Los recientes cambios del marco regulador del ecosistema de los activos digitales han impulsado que la composición de los inversores evolucione y se adapte, fomentando una mayor presencia de instituciones sofisticadas en el mercado de Bitcoin. Esta nueva base inversora, más paciente, resiliente y con menor sensibilidad al precio, ha sido clave en la reducción de la magnitud de las caídas y en la disminución progresiva de la volatilidad con el paso del tiempo.
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